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EL TRAMPAS: LA CONTRASEÑA

  • ALEJANDRO BLANCA
  • 9 sept
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 13 sept

Dicen que él mismo lo hizo.

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En cuanto pudo, desde el primer día en el poder -con el poder total, inapelable, insuperable, como quería- caminó hacia el Centro de Mando (CM), aún semi vacío debido a la hora, y tecleó el password en la primera computadora que halló, una que estaba a lado de la sección de baños. Por si las dudas. Después de todo, ya es una persona mayor (y se ha corrido la voz a lo largo y ancho de la nación, que sufre algo de demencia) y le puede ganar en cualquier momento.


Cierto, estaba decidido para soltarla desde hace mucho tiempo, convencido de sus beneficios. Se trata, lo sabe muy bien, de la sustancia más poderosa del universo, que mezcla todo lo combinable para aturdir y usar a quien se deje o a quienes agarre descuidados.


No duda. Y, desde su arrollador triunfo en las elecciones, está seguro de ser El Elegido, destinado para mejorar a un mundo dañado por decisiones "degeneradas", exclama por doquier todo el tiempo.


No fue fácil. Tuvo que esperar casi un lustro para regresar. Pero, la derrota en las elecciones pasadas le dejó muchas lecciones, las cuales utilizó de manera precisa, y llevó a cabo un trabajo de campo intenso y permanente, atacando sectores específicos para señalar todo tipo de peligros, como la migración "ilegal" o el narcotráfico, identificados según conveniencia.


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Llegar a la contienda con el trabajo ya hecho hizo una gran diferencia. Tal labor fue aprovechado y reconocido con un apoyo arrasador e inapelable, algo que agarró distraído a un mundo que no creía en sus amenazas y miraba sus planes aún con incredulidad y una sonrisa grande y sincera. Vaya error…


.— Ha, ha, ha, ha, ha, qué ganas tenía de hacer esto…, y ¡se siente tan bien quelachingada! Gritó de forma escandalosa mientras regresaba a su oficina. Muchos, casi todos, estuvieron ahí en el periodo anterior y entendieron el mensaje: Se levantaron para aplaudir y alabar al líder, ahora más, que es todopoderoso. 


.— Barb, venga conmigo, dijo de repente, fuerte y claro, a una de sus asistentes, mientras entraba en su despacho con pasos escandalosos. Ella entró detrás de él, con una libreta en una mano y una pluma en la otra, lista para tomar apuntes.


.— Mira, te digo esto a ti porque eres nieta del “Big Bob” Janson y es un tipo a toda madre, que está del lado del juego verdadero. ¿Y tú? Barb tragó saliva. Sonrojada, tartamudeó sin darse cuenta, sin sentirlo.


Aceptó el trabajo porque no tenía remedio: es un compromiso con el abuelo querido, se trata de un trabajo excelente, que viste bien y paga mejor y, lo más importante, le salva de la miseria.


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Sin embargo, tenía un problema: Su jefe le caía “gordo”, como dice un compañero que había ido a trabajar con algo de miedo debido a El Regreso. .— Sí, señor, claro que sí, lo siento, estoy un poco indispuesta; mareada por eso y le prometo que no vuelve a pasar, estoy con usted al cien por ciento, dijo Barb con rapidez, pero con seguridad y pasión. Ya varias personas le habían advertido sobre el peculiar carácter del mandatario; y lo conocía ya por la fuerte amistad que tenía con el abuelo, de quien además era socio en varios negocios.


<<Para acabar pronto, hazle la barba, dale el avión como dice “El Mocho”>>, me dijo el abuelo en el aeropuerto, en medio de una larga discusión acerca de la actualidad sociopolítica del país, minutos antes de viajar a DC Capital.


.— OK, le creo, pero ya no se descuide que ya le dije…, puede retirarse, cortó El Gran Mandatario implacable, tras observarla con frialdad durante largos y pesados segundos.


 Ella salió de la habitación aliviada, pero sintiendo culpa: Sabía que, en esos momentos, también le platicó el abuelo, el exigente guía del país contaba ya con un programa especialmente diseñado para ubicar a los traidores a la Patria, comenzando por quienes no participen del entusiasmo del Presidente.


Como Barb, que prometió no meterse en tales pendejadas, y se hizo la disimulada durante el paseo triunfal del jefe. Error. Imposible: dicen que el Líder el Mundo Civilizado tiene cámaras, sondas y micrófonos integrados en cuerpo y cabeza. Como sea, casi nunca falla.


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Barb sobrevivó gracias a la influencia del abuelo pero, lo sabe, no debe descuidarse si quiere durar un tiempo allí. El CEO Supremo es implacable: En esa ocasión, el día inaugural del segundo mandato, la mano justiciera del Primer Comandante de la Nación alcanzó a media docena de trabajadores: La mitad fue condenada al ostracismo del desempleo; el resto debió salir del territorio, al ser deportado con la etiqueta de enemigo del Estado.


Sí. Las cosas son diferentes. Para empezar, ha usado el poder que hoy sí tiene para hacer lo que quiere, como despedir impunemente a los extranjeros que “todavía” trabajaban en la sede presidencial, entre verdaderos “patriotas”, aseguró durante los primeros días de su nuevo mandato, frente a las cámaras, orgulloso, con una gran sonrisa de vendedor, mientras agitaba su cabezota de forma teatral. Algo que hace cada vez que tiene oportunidad, sin que importe el tema ni nada.


Quienes le conocen realmente, como Barb, saben que se trata de una mala noticia para el mundo. Como para tener pesadillas, confesó Ella a sus mejores amigas, algo que -pensó más tarde- tal vez no debió hacer. Después de todo, la fiesta apenas comienza y cualquier cosa puede pasar...


CONTINUARÁ



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